Manuel Bengolea

Mundial de fútbol y crecimiento económico

Se inició el Mundial y comenzó el frenesí de pronósticos...

Por: Manuel Bengolea | Publicado: Viernes 13 de junio de 2014 a las 05:00 hrs.
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Se inició el Mundial y comenzó el frenesí de pronósticos, tanto de los expertos como de los novatos. Hasta los mismos bancos de inversión lanzan sus presagios sobre quién pasa a segunda vuelta y cuáles serían los equipos que llegarían a la final. Lo peculiar, y molesto, es que dichos pronósticos dejan a Chile fuera de la segunda vuelta.

¿Qué tiene que ver el fútbol con la economía chilena? Es que la capacidad de pronosticar es siempre falible, sobre todo si hay rédito y afecto de por medio. En efecto, cuando uno mira la evolución de los pronósticos de crecimiento para el 2014, de la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central, éstos han venido cayendo constantemente. No olvidemos que el presupuesto 2014, aprobado por el gobierno anterior, contempló que el PIB se expandiría en 4,9%, proyección que fue ampliamente criticada en su momento, por moros y cristianos, por estar alejada de la realidad. Luego vinieron los pronósticos de crecimiento económico de este gobierno que auguraba que la economía iría de menos a más, y que la Reforma Tributaria no afectaría mayormente el crecimiento ya que ésta la pagaría sólo el 1% más rico de la población.

El Banco Central (independiente por ley) en su IPoM de marzo del 2014, daba a entender que la caída de importaciones de bienes de capital y en la inversión hacia fines de 2013 (producto mayoritariamente de la desaceleración económica china) era un proceso que se había detenido a principios de este año.

Por otra parte, a principios de 2014, llamaba la atención que las expectativas de empresarios y de consumidores seguían trayectorias inversas. Los primeros muy negativos, influidos probablemente por la incómoda realidad económica de China y por las proposiciones de reforma del que sería el nuevo gobierno, y los segundos optimistas como consecuencia de la estrechez del mercado laboral (según la propia definición del Banco Central) que se reflejaba en una baja tasa de desempleo y en un aumento importante de los salarios.

Hoy constatamos como los pronósticos erraron, o como se dice en buen chileno, nadie le achuntó. Hoy vemos que: (1) el Banco Central pecó de ingenuidad al decir que la caída de inversión se había detenido, (2) el gobierno desestimó la percepción de los consumidores en cuanto al impacto de la reforma tributaria en la clase media y claramente equivocó la forma en cómo implementarla, y (3) los expertos económicos (con la misma acuciosidad que los del fútbol) no han atinado ni con el crecimiento económico ni con los niveles de inflación.

En conclusión, y lo que nadie fue capaz de prever, la discusión política sobre la reforma tributaria logró acoplar la trayectoria de las expectativas de empresarios con la de los consumidores, lamentablemente hacia abajo. Lo que parecería claro, en materia de proyecciones, es que lo único que subirá en los próximos meses será el desempleo. Si hasta las importaciones de bienes de consumo durables (como televisores para el ver el Mundial) tuvieron una notoria caída en mayo (que comenzó en enero), al igual que las importaciones de bienes de capital que vienen cayendo hace ya diez meses. 
Al final quién es el culpable de esta desaceleración y por qué nadie fue capaz de predecirla, resulta irrelevante. Al igual que en el Mundial, si Chile no pasa a segunda vuelta, dará más o menos lo mismo. Los ciudadanos comprobaremos otra vez que los éxitos económicos, y los futbolísticos, siempre tienen padres, mientras que las derrotas son huérfanas.

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